Después de décadas de uso, el Volkswagen Jetta llegó a nuestro taller en un estado desgastado. Nos enfrentamos a desafíos mecánicos y estéticos: el motor necesitaba una reconstrucción completa, los frenos estaban oxidados y la carrocería presentaba abolladuras y corrosión. Desmontamos el motor por completo, reemplazamos pistones, anillos y cojinetes, y restauramos el sistema de frenos con piezas originales Volkswagen. Además, dedicamos horas de trabajo meticuloso a la restauración de la carrocería, aplicando capas de pintura y puliendo hasta lograr un acabado impecable.
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